Hoy partes hacia un mejor lugar y yo sufro por los hechos.
Siento rabia, tristeza e impotencia porque te fuiste de la
nada.
Siento temor de olvidarte, aunque tu recuerdo me clave el dolor en lo más profundo de mi alma.
Tú, con quien conocí la felicidad en la simpleza.
Mi corazón es fiel a tus sentimientos.
No te preocupes, estas lágrimas significan que agradezco todos y cada uno de los momentos
compartidos contigo.
Mis lágrimas, reflejan lo mucho que te necesito, limpian
mi alma de toda culpa, de toda exasperación.
Los días pasarán y con ellos el dolor menguará.
Tu ausencia me carcome como el cáncer, incluso peor.
Pero tú, mi amado, solo
pensar en ti me devuelve a la vida, incluso cuando me baja de golpe de vuelta
al limbo de la compañía solitaria.
Te prometo resguardar el amor, la memoria y la
esperanza de encontrarnos de nuevo, algún día, en aquel enorme prado lleno de
árboles, flores y un río en los que podamos correr libres, sin rumbo, disfrutando cada segundo
juntos.
De esta vida terrenal solo queda lo que fuimos, lo que
entregamos y lo que los demás guardan de nosotros. Tú fuiste mi alma gemela, lo entregaste todo y sin embargo seguías creyendo
que no era suficiente (No lo merecía, eras más de lo que alguna vez soñé),
atesoraré el principio y el final, el intermedio lo continuaremos por toda la
eternidad.
Te agradezco por dejarme amarte, por siempre esperarme
y recibirme con alegría infinita, por acompañarme en mis momentos de tristeza (Porque con solo ofrecerme una mirada, basta para saber que estás
conmigo), me hiciste sentir la persona más especial del mundo, me hiciste infinitamente feliz.
Aunque ahora muero poco a poco por tu inexistencia
tangible, me derrumbo al recordar nuestros momentos juntos, como jugábamos en
el parque o en casa, en cómo nos acostábamos en el suelo frío y nos
abrazábamos, en ti cuando debía compartir cualquier comida contigo porque tu mirada
me derretía. No negaré que me duele, me duele como
mil cuchillos atravesando mi cuerpo y una máquina electrocuta mi corazón.
Me queda el consuelo de los recuerdos, de saber que pronto nos
encontraremos de nuevo.
Te amé, te amo y te amaré por toda mi vida. (Eres el
ser que lo vale todo.)
Para mis perros: Sol y Tommy. La deuda que tengo con ustedes, jamás terminaré de pagarla, los amaré siempre.
Ángela Fuertes.
Cali, Colombia.
Octubre 2016
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